Cuando los niños se involucran en la preparación de masitas, están participando en un proceso de aprendizaje que va más allá de simplemente seguir una receta. Con el apoyo de su tutor, los pequeños pueden entender conceptos básicos de matemáticas, como medir ingredientes y contar las porciones. Además, desarrollar habilidades motoras finas es crucial a esta edad, y amasar, cortar o decorar masitas les permite practicar su coordinación y concentración.
El proceso también fomenta valores importantes como la paciencia y la perseverancia. Los niños aprenden que, aunque a veces los resultados pueden no ser perfectos, lo importante es disfrutar del proceso. Asimismo, trabajar junto a un tutor les enseña la importancia del trabajo en equipo. Aprenden a comunicarse, a compartir ideas y a respetar las opiniones de los demás, lo cual es esencial para su desarrollo social.
Elaborar masitas no está limitado a fórmulas estrictas; de hecho, es una excelente oportunidad para que los niños expresen su creatividad. Con la guía de su tutor, pueden experimentar con diferentes sabores, colores y formas. Esto no solo hace la actividad más divertida, sino que también les ayuda a conectar con su curiosidad innata. Cada masita se convierte en una obra de arte comestible, y esa libertad para experimentar fomenta su autoestima y sentido de logro.
Al finalizar la actividad, los niños tienen la oportunidad de compartir lo que han creado, ya sea con familiares o amigos. Este momento de celebración les permite recibir reconocimiento por sus esfuerzos, lo cual es un gran motivador. Además, disfrutan del dulzor de sus creaciones, lo que une aún más la experiencia de hacer masitas al acto de compartir y disfrutar en compañía.
¡Ponte Manos a la Masa!
Te animamos a que te unas a esta divertida aventura en la cocina. Invita a un niño a que elabore masitas contigo, y descubre juntos el mundo de la creatividad




